Mi vida no es una vida normal

Llevo semanas meses haciendo balance, los últimos años o mi vida entera. Como sabéis, bueno no sé si lo sabéis, el año pasado estuve viviendo en Manchester. Eso sin duda ha marcado un punto de inflexión en mi vida, pensaba que tardaría semanas en habituarme de nuevo a mi antigua vida, pero las semanas pasaban y pasaban y no era así.

Y es que me pasan cosas que no son normales, mi vida es muy rara. Y algún lector pensará ¿qué se piensa ésta para creer que su vida es tan diferente? En parte es verdad, como yo hay muchas personas en el mundo, culos de mal asiento. Desde los 19-20 años que dejé la casa de mis padres y me fui a la aventura, con una gatita de meses y un ordenador de sobremesa, que me han acontecido todo tipo de cosas. También motivadas por mi, que siempre he ansiado ser protagonista de mi vida, y no una mera espectadora. Sacarle el jugo a este limón, hasta la última gota.

Irme de casa de mis padres fue un salir de mi círculo de confort a lo bestia, sin saber que iba a ser de mi y encima cambiando totalmente mi vida. Dejé Reus y me vine a vivir a Murcia. No fue fácil, durante mucho tiempo no entendía nada y dormía en un colchón en el suelo, pero poco a poco fui avanzando. Me dedicaba al diseño web y me iba bien, cada vez tenía más cosas, cumplía más objetivos, aprendía y acumulaba más vivencias, como si el mundo se fuera a terminar al día siguiente. Tuve la oportunidad de viajar mucho, no sólo por la península, también el extranjero. Dejé mi piso en alquiler y me mudé a un piso en propiedad

Pero un día, después de mucho tiempo con ese run run, y diferentes intentos, me metí a la Facultad de Enfermería. Siempre había tenido el deseo de estudiar algo relacionado con las ciencias de la salud. Me costó mucho entrar, porque venía de la rama informática y el cambio me supuso tener que volver a cursar 2ndo de Bachiller y recibir cada vez menos ingresos, pero quien algo quiere, algo le cuesta =) Podría haberme quedado en mi sofá sin duda, estaba más cómoda, que una carrera universitaria como enfermería es muy dura; a lo mejor pensáis que estoy exagerando, no os culpo, yo también lo pensaba hasta que estuve metida en el ajo (y eso que durante la carrera me hicieron 3 cirugías mayores). Aunque en la carrera descubrí que tenía alma de enfermera y no lo sabía (otras personas corrieron peor suerte y al terminar la carrera se dieron cuenta que no era lo suyo).

Cuatro años de universidad dan para mucho, penas y alegrías, amores y desencantos. Y al terminar, decidí cumplir uno de los sueños de mi vida, vivir en el extranjero, quería conocer otra cultura, otra forma de hacer y también uno de los sueños de mi vida, aprender inglés fluido. Tengo que decir que no tuve mucha suerte en mi aventura mancuniana, aunque como siempre digo, fue una experiencia que recuerdo con mucho amor y con mucho odio, jaja! así, sin término medio. Y es que me pasaron cosas muy bizarras, de las que he aprendido mucho, claro. Por una parte porque te vas pensando que Inglaterra es súper puntera, de gentes muy educadas y sensatas, de grandes ciudades, cosmopolita, políticos honestos ¡HONESTOS! que la gente por la calle, en España, te dicen que en otros países los políticos dimiten y eso, JA!… Y la verdad es que la realidad es mucho mucho más diferente y que no pensaba que yo era TAN ingenua, jaja!! Aunque no soy la única, en España hay mucha ingenuidad.

Aunque no cambio todo lo aprendido por nada ¡con lo que me ha costao, joder!

La verdad es que llegué a casa agotada, física, psicológicamente, con la boca llena de caries por el estrés (un ratito en el dentista y solucionado) y el corazón hecho pedazos. No hay medicamentos para un corazón roto, sólo noches en vela y pensamientos que te invaden sin poder evitarlo. Todo en parte al montón de bofetones que me encontré al final de tanto esfuerzo, que ni entendía ni merecía. Durante mucho tiempo pensé que mi brújula había perdido el norte y no lo iba a recuperar. Ah bueno, claro, un detallito sin importancia, con 2 enfermedades crónicas a mis espaldas que me incapacitan bastante, pero tengo un par de ovarios… que si yo no digo nada, nadie sabe que estoy mal, porque soy muy guapa (modestia aparte) y no se me nota en la cara.

Y confieso que aunque cada día me encuentro un poco mejor, aún me siento perdida, uf! perdida y muy cansada. A veces digo que necesito un «novio», pero no un novio en plan amor romántico, no! (lo que me faltaba ya!). Algo que le devuelva la pasión a mi vida, que me dé arte y malos ratos, como dice la canción, que me vuelva a apasionar e ilusionar. Eso puede ser un curso, una actividad, amigos nuevos (porque sí, cuando volví a España, había pasado un año pero, nada era igual, todos mis amigos se habían ido de Murcia, a su casas en otros puntos de España o al extranjero, como yo, a vivir la aventura).

Aunque cada día hago por caminar nuevos caminos a ver si encuentro eso que me falta y hacer por mejorar mi salud, aún no he encontrado eso que necesito. Es una situación de las que se tiene que estar en mis zapatos para poder entenderla o tener un mínimo de empatía. Y hablando de zapatos, de verdad, si alguien quiere andar en mis zapatos, se los puede quedar, yo necesito unos nuevos para caminar un nuevo camino 😉

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Publicado el 1 diciembre, 2015 en blog. Añade a favoritos el enlace permanente. 4 comentarios.

  1. Siempre puede ser peor…. así que saborea el momento que a lo mejor en 30 años hasta lo echas de menos 🙂

  2. La verdad,si pasan muchas cosas raras,no eres la única,pero si tienes unos zapatos muy dificiles de llevar,te admiro por eso y no es de ahora

  3. Nadie podra explicarte quien eres, para eso necesitas emprender un nuevo viaje: hacia tu interior. Si formulas bien la pregunta la respuesta es imediata.

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